Alimento Espiritual para la Fuerza Espiritual

“Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza.” (Colosenses 3:16a NVI)
Al igual que necesitas alimento físico para tu fortaleza física, necesitas alimento espiritual para tu fortaleza espiritual. La Biblia describe esto como comida espiritual – el agua, leche, pan, y carne de nuestras vidas espirituales. Es todo lo que necesitas para sostenerte.

Si eres un contratista de construcción, considerarías  no enviar a un hombre quien no ha comido nada durante semanas. Si tú eres el comandante en el ejército, tú no envías a la batalla un soldado que no ha comido en un mes. ¿Cierto? Nosotros necesitamos alimentarnos a nosotros mismos para tener la fortaleza necesaria para cumplir las tareas que tenemos pendientes por hacer.

No vas a tener mucho éxito ganando las batallas espirituales que enfrentas, si te estás muriendo de hambre. Es por eso que necesitamos alimentarnos de la Palabra de Dios.

A diferencia de comer alimento físico, siempre que me alimento de la Palabra, me da más hambre. Cuanto más me gusta ver lo bueno que es Dios, más quiero.

La Biblia dice en Colosenses 3:16a:"Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza (NVI). Pablo nos está diciendo que la Biblia tenga su residencia en nuestras vidas de una manera rica, profunda y vivificante.

 Entonces, ¿cómo nos alimentamos de la Palabra de Dios y permitimos que eso suceda?

Recibe la Palabra con tus oídos. Comprométete a ir a la iglesia y escuchar la Palabra de Dios que se predica.

Lee la Palabra con los ojos. Como ya he dicho, tener una Biblia en tu casa no va a bendecir tu vida. Tienes que tener la Biblia en tu corazón.

Investiga la Palabra con las manos y la boca. Al estudiar la Palabra de Dios, ten un lápiz en la mano. Escribe lo que Dios enseña. Habla acerca de lo que estás descubriendo con otros creyentes en un ambiente de grupo pequeño.

Reflexiona sobre la Palabra con tu mente. Piensa y mastica la Palabra de Dios.

Recuerda la Palabra con el corazón. Raramente tienes una Biblia contigo cuando la necesitas. Compromete a tener la Palabra de Dios en la memoria.

Reflexiona Sobre Esto

¿Te estás alimentando a ti mismo siguiendo todos los puntos anteriores, o normalmente acabas después del primero? ¿Qué cambios necesitas hacer en tu vida para que seas nutrido espiritualmente?
 ¿Escribes lo que Dios te enseña? ¿Estás memorizando las Escrituras?
 ¿Qué batalla espiritual estás luchando hoy en día? ¿Has recurrido a la Palabra de Dios para tu sustento?

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