Un padre Apóstolico
De las funciones primordiales encomendadas a los apóstoles, una es la de ser padre espiritual, función que vas más allá de ser un tutor, un protector, o un mentor, sin restarle mérito a ninguna de las anteriores. Ser padre espiritual representa: engendrar, trasladar genética, trasponer naturaleza, gestar identidad propia y como responsabilidad principal, ministrar el legado espiritual en cada uno de sus hijos, sin marginar ni olvidar los aspectos materiales.
DESARROLLO
Para profundizar en el tema y comprender más acerca de la paternidad apostólica necesitamos estudiar el origen y significado de la palabra engendrar: del hebreo yaladh y del griego gennáo, específicamente para “mostrar el linaje”; procrear, regenerar, dar a luz, concebir; todos estos términos denotan la buena relación física y espiritual de cualquier padre con su hijo.
Porque aunque tengáis innumerables maestros en Cristo, sin embargo no tenéis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio. 1Co 4:15
El apóstol Pablo, eminente padre apostólico cumplió con esta función al declarar engendrados a los hermanos de la iglesia de Corinto, congregación caracterizada por ser adornada con los dones de Dios; Pablo, como su progenitor tenía el derecho de amonestarlos como a hijos amados, como también la gran responsabilidad de poder ser imitado por ellos.
Otro ejemplo grande de la paternidad del apóstol Pablo fue Timoteo, quien era hijo de una mujer creyente pero de padre griego. Nótese acá la ausencia de paternidad en esta línea de este discípulo, el cual llegó a ser un verdadero hijo en la fe 1Ti 1:2, colaborador Ro 16:21, predicador del evangelio 2Co 1:19, compañero de prisiones Fil 1:1; reconocido como apóstol de Jesucristo 1Tes 1:1, 2-6.
Timoteo era exhortado, instruido, amonestado y respaldado en todo momento por el apóstol Pablo, su padre. 1Ti 6:20
El apóstol Juan cumpliendo con la responsabilidad de padre, escribía a sus hijos para que no pecaran 1Jn 2:1, obteniendo como recompensa el gozo de saber que sus hijos andaban en la verdad. 3Jn 4
Cuando llegaron a la multitud, se le acercó un hombre, que arrodillándose delante de Él, dijo: Señor, ten misericordia de mi hijo, porque es lunático y está muy enfermo, porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua. Mat 17:14-15
El evangelio de Mateo describe a este muchacho endemoniado como un lunático; otras traducciones se refieren a él como epiléptico; se denominaba lunático a una persona que sufría de algún tipo de degeneración mental.
La palabra lunático se origina del griego seleniazomai, que significa literalmente dominado por la luna o influenciado por la luna.
Las malas obras del pueblo de Israel y sus rebeldías provocarían juicios y graves sentencias de parte de Jehová, una de ellas sería la descrita por el profeta Oseas, la cual estaba exigiendo de parte de ellos volverse a Jehová su Dios, demandaba amor y no sacrificio.
Debido a estas actitudes vemos una consecuencia que a mi criterio sería el origen de una generación de personas dominados por la luna.
Han obrado perversamente contra el SEÑOR, porque han engendrado hijos ilegítimos. Ahora los devorará la luna nueva junto con sus heredades. Os 5:7
Jesús empezaría en esta familia a romper con la maldición generacional que los tenía dominados, el propósito sería el de regenerar el engendramiento de este hijo, el cual muy probablemente era el origen de su influencia demoníaca.
En el libro de Apocalipsis aparece una señal en el cielo, una mujer, tipo de la iglesia, la cual bajo sus pies tiene dominada a la luna; esto representa el dominio que la iglesia de los últimos tiempos debe de tener sobre la influencia de esta corriente.
Algo importante que debemos resaltar es el hecho que el diablo estaba esperando el alumbramiento de esta mujer, nuevamente vemos la intención del enemigo de dejar sin hijos a la iglesia del Señor.
Y una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza. Ap 12:1
Otro contexto importante es la aparición de la luna en los sueños de José, el hijo más amado de Jacob, al cual había hecho un manto de colores, profetizando sobre su vida la conquista de muchas naciones.
En esta oportunidad la luna se inclinaba ante José, denota la autoridad de un hijo amado engendrado por un verdadero padre sobre este tipo de influencia.
José sería dominador de los efectos de la luna, su vida se desarrollaría libre de cualquier influencia demoníaca.
Tuvo aún otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí, he tenido aún otro sueño; y he aquí, el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí. Gen 37:9
Los hijos amados, conquistadores de naciones, así como la iglesia apostólica de los últimos tiempos deben de tener sojuzgada bajo sus pies cualquier influencia demoníaca que pretenda estorbar la restauración de la paternidad y el buen desarrollo de los hijos.
El padre de ese muchacho lunático, al clamar por misericordia, alcanzaría la liberación de su hijo.
Fue el padre quien clamó misericordia por su hijo; necesitamos padres como este, que levantó la voz delante de Jesús para que se accionara la liberación de su hijo y se rompiera toda cadena ancestral que podría afectar a las generaciones por venir en esta familia.
Los padres apostólicos tienen el poder para liberar a nuestras generaciones de todo ataque demoníaco, de toda influencia de los astros y de cualquier tipo de enfermedad que quiera estropear la vida de los hijos del Padre del cielo.
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